Del artículo Cuestión de principios de Enric González en EL PAÍS domingo de hoy. A cuento del libro Martini, a memoir de Frank Moorhouse, Knopf, 2005. Aunque no me ha quedado claro si se trata de una referencia, de un extracto o simplemente de una reflexión del autor. Da igual. Es un artículo excelente alrededor del Dry Martini. Habrá que curiosear por el libro.
El martini requiere criterio. El criterio requiere opinión. La opinión requiere reflexión. Y la reflexión requiere escepticismo. Un bebedor de martini no se cree cualquier cosa que lee en su periódico: sabe que los periódicos, como las salchichas, llevan de todo, y no conviene estar presente cuando se elaboran. Tampoco cree, por supuesto, todo lo que dice el gobierno, sea del partido al que vota, del partido al que odia, o ambas cosas. Por supuesto, para mantener una mínima distancia intelectual ante los mensajes interesados (incluso los consejos maternos lo son) no es imprescindible la coctelera.
Un correcto bebedor de martini respeta los cánones, pero soporta mal los tópicos.
Sí, también soy de los que creen que el Dry Martini es una cuestión de principios.
Por cierto, la foto, Dry Martni BCN de George Kaplan, la he encontrado en Flickr, y es del templo del Dry Martini en Barcelona, lugar que he frecuentado desde los 80. Aunque últimamente sufre de ciertos síntomas de vulgaridad. Resulta que el barman de la foto es miembro de la resistencia, uno de los pocos hombres de principios que aún quedan. Se llama Ceferino y no puedo menos que aprovechar para agradecerle su existencia, honestidad y talento.
Bebamos pues, a la salud de Cefe y de todos los druidas que nos libran de la mediocridad.
…liviamo, liviamo ne ‘lieti calici…