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Fin de semana en paro

chaplin.jpgHoy he tuiteado mi experiencia como menda que se va a inscribir en el paro. Queda sobrado, pero tengo que explicar que conozco, por mi anterior trabajo, al director de la oficina que me toca, a su jefe y los jefes de sus jefes. Pero excepto en casos desesperados, no uso mis contactos profesionales para mejorar mi vida personal y como hoy el trámite era puramente administrativo, no he querido forzar mi buena relación con la autoridad competente. La cosa es que mi orientador me dijo que me inscribiese en el paro antes de darme de alta como empresario unipersonal (palabro) porque así podría acceder a no sé qué créditos y ayudas si alguna vez se daban.

Así que me he levantado de buena mañana y, como vivo en un pueblo, me he recorrido los 30 km hasta mi oficina “del paro” (ya pueden decir que son oficinas “de empleo”, que, entre el vulgo currante, nadie las llama así). Allá estaba antes de que abriesen y en la puerta ya había una cola. En ocasiones he visto largas colas de trabajadores, en la temporada baja del empleo, esperar y esperar bajo la lluvia o bajo un sol implacable. Hoy no era el caso, el día era templado y la cola discreta.

Me he ido a tomar un café. Había enfocado la mañana desde una perspectiva paciente. Algo más tarde de la hora de apertura, la oficina se ha puesto en marcha y me he colocado en la cola. Lo primero que llama la atención es la disposición del espacio. En primera línea, casi junto a la puerta, hay una barra elevada donde una segurata y una trabajadora de la oficina parecen atrincheradas ante los ciudadanos para no dejarles pasar así como así. Se trata de “Información” por lo que reza el cartel que cuelga del techo sobre ellas. Ante la barra una mujer despotricaba y exigía alguna vía de reclamación por no haber recibido en cuatro meses el pago de las prestaciones debido, según ella, a un error reconocido de alguna de las administrativas de la oficina.

Tras calmarla y hacerle rellenar un formulario de… ¿cómo lo llamaban? ¡Ah, sí! alegaciones, han conseguido separarla de la barra y que la cola avanzase. Antes de llegar me he fijado en que los turnos se ordenaban por el sistema del papelito con número y que, en su día, hubo una maquina expendedora de tiquets de turno. La máquina había desaparecido o estaba tras la barra, ya que los tiquets te los entregaba o bien el segurata o bien la señora trabajadora.

Una vez otorgado el tiquet ya tenías derecho a pasar a la zona que yo llamaría “limbo“, un espacio desmadejado de sillas y tierra de nadie entre la barra-trinchera y las mesas con ordenatas y administrativas (es que todo eran señoras) donde se te inscribe en el “paro” o se te tramitan las prestaciones. En este espacio frontera entre la calle y la burocracia, esperas hasta que tu tiquet aparece en la pantalla iluminada. Cuando tu número sale en la pantallita, tienes que localizar la mesa correspondiente (que no está ubicada según orden apreciable a simple vista) y allí te dicen que los “ordenadores no van”. Digo que te dicen eso, porque me lo han dicho hoy y porque cuando, por mi anterior trabajo, iba a esta oficina, creo que una vez sí y otra no los ordenadores no iban. Vale ¿y? Pues puede venir otro día o esperarse a que vayan, pueden ser cinco minutos o más… ¿Y que hago con mi número? No se preocupe que volverá a aparecer ¿Entonces me quedo mirando la pantallita de los números hasta que los ordenadores vayan y vuelva a aparecer el mío? O viene otro día, usted mismo, pero si se va, dígamelo que no le volveré a llamar. Vale. Se notaba que tenía el tema por la mano.

Me retiro a la tierra de nadie y decido que ése no es mi sitio. Veo que, al otro lado de la calle, hay un barecito con dos mesas en la acera y me voy para allá. Compruebo que tiene vistas a la pantallita de los números, aunque a esa distancia no se leen bien. Bueno, para eso lleva uno la cruz de que le llamen geek. Saco mi cámara digital y con el zoom veo los números. Un café por favor. Gracias. Me saco el móvil y a tuitear y con la cámara voy echando el ojo a la pantallita. Estupendo.

Al cabo de bastante más de 5 minutos, como de 60 o así, veo que los números empiezan a moverse en la pantalla de turnos, pero el mío se lo saltan. Me voy al parapeto de la segurata y de la currante de la oficina y lo primero que me preguntan es ¿Y usted a qué estaba sacando fotos? A nada. Le he visto. Y yo a usted. Le he visto sacando fotos. No sacaba fotos, leía la pantalla con el zoom de la cámara. Ah. Sí. Bueno ¿qué le pasa?. Que se me han saltado el número que me dijeron que volvería a aparecer ¿Qué numero tiene? El 22. Pues se le ha pasado el turno. No se me ha pasado, se lo han saltado ¿No ha dicho que tienen el 22? Sí. Pues van por el 23. Ya. Ha perdido el turno. No lo he perdido, se lo han saltado. Un momento, voy a ver. Vuelve, me pide el tiquet, se vuelve a ir. Me hace pasar a la tierra de nadie y me señala una mesa y me dice que allá me atenderán cuando acabe quien está siendo atendido. Gracias.

Lo que ha pasado es que la menda que tenía que retomar mi número se ha ido a desayunar y me ha hecho perder el turno. Lo he averiguado aprovechando la espera para observar la dinámica de la oficina. Bueno, al poco me atienden y me registran en las estadísticas como filósofo y letrado que quiere ser consultor. La señora no entendía mucho que quisiera apuntarme al paro un viernes para darme de alta como empresario el lunes, pero como no ha encontrado impedimento ni irregularidad alguna, ha cumplido con mi excentricidad de filósofo. A decir verdad y en el fondo, yo tampoco entiendo muy bien el porqué de mi extraño comportamiento, pero como me orientaron en este sentido, yo, lo que mi orientador me diga.

Después, me he ido a currar. El lunes me quito del paro. Pura administración open y 2.0. Qué mundo. Tal cual.

Publicado en Administración, Consultoría, Trabajo.

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4 Respuestas

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  1. Julen dijo

    Me alegro que el lunes abandones el paro ;-)

  2. Yoriento dijo

    Qué pena que no pude atenderte yo, que estaba de asuntos propios…

  3. los sueños de la razón dijo

    ¿Asuntos propios de ti o propios de un orientador? ;-) .

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  1. los sueños de la razón / Cómo está el servicio enlazó a esta entrada el Miércoles, 16 enero 2008

    [...] dándole al tema y muchos nos lamentamos de lo mal que esta la administración (algo que, además, experimentamos día sí, día no), hoy he necesitado de una actualización de papeles en una empresa privada. No [...]



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