La nueva generación de virus 2.0 “open” está provocando una seria crisis en las redes distribuidas. Estos neo-ingenios infecciosos se propagan como cualquier otro virus. Pero en lugar de enviar correos contaminados, envían mensajes a la cuenta de twitter del usuario, escriben breves anotaciones en los blogs de la víctima, envían fotos al azar a flickr, hacen preguntas indiscretas a tus amigos de facebook. Utilizan todos los medios posibles de distribución de las identidades digitales para publicar sin freno. Rastrean el contenido de los escritorios y carpetas de los ordenadores infectados para que los datos enviados tengan una base de autenticidad. Esa ha sido la causa de que muchos autores estén cancelando cuentas. Intelectuales de lo 2.0 ven aparecer en sus blogs halagos a la música del último cantante hortera; twitter explica a sus followers que el followed está gozando mucho de una película cuyo título obsceno deja bien poco a la imaginación; en flickr empiezan a aparecer fotos y fotos del titular de la cuenta y algunas son francamente comprometidas. Otra de las habilidades de estos virus 2.0 es husmear entre tus correos y chats y exponer frases fuera de contexto. Todo lo que escribiste, viste, guardaste en formato digital es susceptible de ser revelado en las redes.
La red 2.0 ha enloquecido. Algunos evangelistas, sin embargo, celebran la llegada de este tipus de virus. En opinión de uno de los popes de la revolución de las redes sociales, Relten Meyer:
“Estos virus traen la necesaria frescura a la red. Suponen la verdadera eclosión de la auténtica identidad digital. Ya no se trata de publicar en la red, se trata de distribuirte tal cual eres. Tu entramado de iconos, contenidos, sonidos, imágenes ya no es personal. Todo tu devienes red social. A partir de ahora, tus RSS conformarán tu identidad al completo, pieza a pieza, y los agregadores serán difusores de tu alma ¡Aleluya! Por siempre Open del todo”
[Ficción blogosférica, claro, a ver si alguien se lo va a creer otra vez.]
Veo que Relten Meyer ha dejado al descubierto sus deseos de conocer los secretos inconfesables, ocultos en los discos duros de sus más allegados… ¿Qué pasaría cuando los otros descubrieran los suyos? ¿Quién reiría el último? En fin, como de momento los virus se limitan a destrozarnos los ordenadores y todos sus archivos, programas y documentos, podemos respirar tranquilos… jejeje.
Matizo, Relten Meyer es mi primo, sus antepasados cruzaron el charco y de regalo le modificaron el apellido (como me suena esto…). Lo que hace el cambiar una sola letra, Meyer suena a pope y da respeto, en cambio, a mí, siempre me han confundido con un vendedor de salchichas.