Contexto: Una empresa muy tecnificada, donde la mitad de los trabajadores son licenciados superiores y doctores en ramas científicas.
- ¿Entonces, no tenéis correo personal?
- ¿”Interno” o “Externo”?
- ¿Perdón?
- Sí. Hacia fuera no, pero cada uno tiene su correo en la red interna.
- ¿”Hacia fuera”?
- Sí, de correo externo sólo hay uno por ordenador.
- Con externo quieres decir correo hacia Internet ¿no? para enviarme un mail a mí, por ejemplo.
- Eso.
- … Y… ¿porqué?
- (Con cara de no tener ni idea) … Pues, no sé, creo que sólo puede haber una dirección por PC, nos dijeron.
- Entonces yo no le puedo enviar un correo personal a fulanito…
- No, lo lee el jefe del departamento donde está el ordenador y él, si sabe para quién es, lo reenvía por el correo interno. Bueno, algunos jefes sí tienen correo para ellos, porque tienen su propio ordenador.
- Por ejemplo, el correo del gerente ¿es…?
- gerente@organizacionx.com
-… Ya …
La cosa tiene sus lecturas. Me ha gustado esa diferenciación tan radical entre lo interno y lo externo. La verdad, en esta empresa lo tienen claro, otros hablan de Internet y de intranet para significar lo mismo, pero en un poco más moderno. Luego está lo del PC como propietario de cada dirección de correo electrónico, dirección que está supervisada por el jefe del departamento donde esté ese PC. Y, para acabar (aunque era previsible), las direcciones de correo se refieren al cargo del responsable del PC. Todo indica que es una organización atrincherada y dramáticamente dependiente de la tecnología que, como bien escaso, es un privilegio asociado a la posición en la estructura.
Impresionante.
Y yo queriendo montar wikis de proyecto ¡Ay señor!
Cosas veredes, amigo Sancho.
…que non crederes.
¡Vaya…! qué anécdota… Y yo que pensaba que en mi empresa estaban atrasados por no tener aún un blog interno… Pobre gente…¿sabrán que existe un mundo nuevo allí afuera?
A pesar de lo que yo creía, he averiguado, y no a través de este blog, que ciertamente aun hay lugares de trabajo en los que ocurren cosas como esta. Asombrada escuché como una familiar mía, que recientemente había empezado a trabajar en una administración pública, se encontró en su nuevo puesto de trabajo con que no tenía acceso a Internet (porque no era necesario para las funciones que debía desempeñar en su puesto), y para colmo (ya no estoy hablando de nuevas tecnologías), no tenía teléfono en su mesa ni en ninguna de las adyacentes. Solo el jefe de sección tenía, ¡ya que ella no tenía como función coger el teléfono! Es curioso, me comentó que aún así, cuando sonaba el dichoso aparato, nadie lo cogía… pero claro, eso ya es otra historia.