De las islas a Segovia hay un largo viaje, sobre todo porque los viajes con aeropuertos interpuestos son humillantes e irritantes. Partí un mediodía y llegué a la vista del inverosímil acueducto a eso de las cinco de la tarde del domingo, en un taxi, último vehículo de, espera que cuento, la media docena necesaria para llevarme a destino. Quise hacer el tramo final andando por eso de llegar dignamente, y le pedí al taxi que me dejase bajar antes de llegar a la Plaza Mayor; también porque, qué coño, era el único medio de transporte de los utilizados que me permitía decir “¡pare!” y que me hiciese caso.
Total que llego a destino y compruebo como las tecnologías de la comunicación pierden mucha de su utilidad si los usuarios sestean. Aún así Odilas tuitea que está durmiendo (¿?) en respuesta a mi consulta “¿Por dónde paráis, artesanos?” abierta a toda la tuitosfera. Subo a la habitación a dejar el equipaje y compruebo que tengo balcón a la Plaza. Desde el balcón miro y decido donde estará mi próxima patria y acuerdo conmigo mismo que será una mesa de una terraza en una esquina, frente a la Catedral. Bajo y llego a mi nueva patria adoptiva. Como voy cansado y nada comido, pido y acceden a avituallarme con una copita de vino tinto y una media ración de jamón de recebo con unos bastoncillos de pan. Qué bien empieza esto. Esta, mi tierra hoy, me gusta.
Apenas asentado, aparecen Julen, José Miguel y Odilas con paso calmo. Intercambiamos besos y manos y ya somos cuatro. Al rato llega Alfonso, y ya somos cinco; la conversación se anima con el chafardeo blogosférico al uso cuando descubrimos que en Segovia la temperatura huye a notable velocidad y nos deja desamparados en nuestras ropas ligeras. Yo, especialmente, iba muy mediterráneo y pague y pago por ello. Así que nos retiramos a abrigarnos y a reorganizarnos a refugio del hotel y, en ésas, aparece Manel y ya somos seis. Anochece lentamente.
Una poca responsabilidad nos lleva a comprobar la sala de reuniones que está perfecta. Al poco ya estamos frente al restaurante de la primera cena. Se nos unen Isa y Carmen, dos nativas amigas de Alfonso que cumplieron como magníficas cicerones y compañías. Es entonces que entra por la calle, solemne, un automóvil singular de tan rojo rojo. Es Nacho y ya somos siete más dos, aunque él sigue, recorriendo, rojo, Segovia, hacia la Plaza Mayor. Llegará a la mesa casi al mismo tiempo que Lalhi, con la que ya somos nueve más dos. Durante la cena, Julen empieza a desdibujarse, eclipsado por el dolor de una lesión tonta pero hijaputa que se hizo en su recorrido ciclista de la mañana. Al final Carmen y Alfonso le acompañan a que las sanidades de la villa le examinen y alivien.
O sea que la cena pudo haber sido pero no acabó de ser, que las viandas tampoco fueron mucho de mi gusto, nos las sirvieron a un precio muy poco contenido y el ambiente estaba entre boda y folclorismo saca-perras-a-los-guiris. En fin, el café a otro sitio. Vuelta por la muralla y a por la copa sin pasar por el café que no son horas. La temperatura huye de la noche segoviana con tanta rapidez como cierran los bares, así que tomamos la última barra y nos quedamos hasta que nos echan. Entre una cosa y otra, apareció un Julen de líneas más definidas y sonriente, vendado, eso sí, con un Alfonso adornando la crónica de urgencias en plan cachondo y con Carmen a la vera sonriente.
Ya estábamos todos cansados y pensábamos en Anna, dirigiéndose a Segovia desde Girona en una road-movie tozuda, de un paisaje y una cultura a otra. Así que cada uno a su habitación y Alfonso y Manel a la mía, donde acabaron con las cocacolas, los toblerones, los coñacs y los güisquies en el primer debate, que me conste, sobre artesanía consultora, en Segovia.
Hasta que les eché
El lunes empezó la Cumbre como tal; pero de eso ya daré(mos) detalle más documentado.
Sí señor, así fué, tal cual!.
Qué buenos estaban los toblerones!!! por cierto Vd, también participó en el saqueo del minibar
En el blog de cumClavis… Qué difícil es ser verde
¡Pardiez! Qué bueno saber de vosotros y vuestras correrías antes de haber desembarcado… Caballeros desmontados de su cabalgadura, hordas hambrientas al asalto de un minibar, doncellas somnolientas,… Seguiré ávida la crónica.
En el blog de Anna… Imaginant nous territoris
Se me olvidó incluir en mi post sobre actas re reunión 2.0, que cuando se quiera reflejar con total fidelidad el contenido de una reunión, además del podcast o el videocast, está el “sueñosdelarazóncast”
Imposible perderse los futuros capítulos…
JM
En el blog de Jose Miguel Bolivar… El Consejo de los Viernes: Especialízate en Reuniones de 10′
Te noto recuperado a pesar de los fríos castellanos. Ya con este primer domingo ya hubiera valido la pena el viaje, aunque el resto de la cumbre merezca y mucho su peso en reflexiones, acuerdos y desacuerdos…
En el blog de Yoriento… 10 pasos para conseguir más trabajo (529)
¡Qué envidia! Enhorabuena a l@s artesan@s. Que, por cierto, parecen estar iniciados en curiosas disciplinas ocultas (?).
Esto es como en las películas, cuando la “FOX” presenta antes del estreno “como se hizo..”
Creo por lo que leo, que tan importante fue el “tras las cámaras” como el evento mismo. Los lazos presenciales no los sustituye nada.
Seguiré pendiente de tan fina pluma..
Alberto
Qué bueno socio!. parecerá un sinsentido, pero estoy expectante por saber como sigue
En el blog de Odilas… Visión Periférica
No pensaba yo seguir con la crónica en este estilo, pero visto lo leído, me lo pensaré… Gracias a todos. Y ya estoy recuperado a un 77% más o menos y quitando decimales… .