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2012

2012 on PhotoPeach

Publicado en Miscelánea.


Artesano, artesano (consultor no sé)

Digo yo de invitarlo a la próxima cumbre, que algo aprenderemos de este joven :-)

Lo vi aquí, en el cuarto derecha.

Publicado en Al vuelo, Artesanía, Humor.


El valor del dinero

Parafraseo la entrada de Manel para aportar una reflexión sobre el tema del próximo encuentro #REDCA, Todo por la Pasta; y es que se hace difícil aportar nada nuevo llegando tarde y tras haber leído las entradas que recopila Julen hoy mismo.

Vamos a ver si enlazamos unas cuantas ideas que no sean redundantes.

Desde un punto de vista personal que es, probablemente, lo que explica y condiciona casi todo lo demás:

  • Creo que soy autónomo pequeñito y austero porqué nunca me explicaron bien el tema este de la pasta. Así, percibo que buena parte de la gente comprende y sobre todo siente que el dinero es muy importante, algo que cuidar y cultivar, hacer crecer y acumular, invertir y recuperar, guardar y poseer; mientras que yo soy incapaz de conseguir que una sola fibra de mi sensibilidad vibre con lo de la pasta. De hecho, la pasta, para mí, es un tema no tanto desagradable como tedioso. Así no se crece, claro.
  • Suelo afirmar que el dinero sólo me sirve para no tener que preocuparme por el dinero y actúo en consecuencia. Así que pierdo dinero por no tener que preocuparme de él. En serio, estoy dispuesto a perder cantidades supongo que importantes para cualquiera por no tener que “luchar” o negociar por ellas. Así las cosas, no me meto en algunos proyectos sustanciosos si no los veo claros, profesional y éticamente. Tengo claro el valor del trabajo, no el del dinero que pagan por él.
  • Volvamos a hacer constar, sin embargo, que todo lo anterior no se corresponde a una persona bondadosa o desprendida, sino a alguien literalmente maleducado en cuestiones económicas, especialmente por lo que a valores se refiere.

Profesionalmente:

  • Una de mis competencias como consultor es la capacidad de planificar y programar, así que soy muy capaz de tratar al dinero como una variable cuantitativa de un proyecto. La gestión económica no tiene demasiados secretos. Sin embargo, reconozco que, en mis proyectos personales/profesionales, el dinero sólo lo controlo cuando es escaso y falta. Como ya he dicho, no quiero tenerlo presente. Me molesta y aburre. En este momento, por ejemplo, estoy en modo austero. El pasado ejercicio ha sido flojo flojo y mi tesorería está a punto del colapso. Como el año que entra se presenta duro, he puesto en marcha todos los mecanismos de control y optimización de la pasta. Todo lo que sé de planificar y toda la disciplina que pueda desplegar van en este momento dirigidas a poder mantener mi actividad de consultor como medio de vida y, sobre todo, a poder llegar de nuevo a una situación en que no necesite todo este control de la moneda. Como no soy mal consultor, probablemente lo consiga ;-) .
  • Poner precios a mi trabajo no es difícil, es tedioso. El cálculo presupuestario de una propuesta se basa en varias ideas que creo muy racionales:
    • Tengo una estrecha gama de  precios/hora que esta más o menos consensuada entre colegas consultores. Cuando no estoy seguro, en cualquier caso, pregunto a unos cuantos profesionales de mi red que me dan unos mínimos y máximos para el cálculo.
    • Hago un cálculo de horas estricto, muy estricto, basado en la experiencia (que, ay, empieza a ser larga) de las horas que dedicaré a cada fase o tarea. Esas horas las suelo clavar con bastante exactitud.
    • Clasifico las tareas en categorías de complejidad. Soy autónomo no sólo jurídicamente. Trabajo sin que nadie me deje un ápice de plusvalía. Hago las tareas propias de un soporte administrativo o las de complejidad técnica menor, necesarias en todo proyecto, y no las puedo facturar al precio de consultor de experiencia. Por lo tanto el primer presupuesto final sale de multiplicar las tareas de cada clase por el precio/hora de cada tipo.
    • Naturalmente, pido aproximaciones presupuestarias a los colegas de mi red cuando les propongo asumir una parte del proyecto.
    • Lo sumo todo y lo que sale suele estar bastante cerca de lo que se suele considerar “precio de mercado”. Aquí no tengo ciencia. Cuando he acabado de calcular doy un paso atrás y trato de ponerme en la piel del cliente. Si veo que el presupuesto es excesivo, reviso y recorto no sólo pasta, sino también prestaciones o dedicación, claro. Si el presupuesto lo veo demasiado barato, reviso que no me haya dejado nada o que no haya distribuido bien las horas. También consulto a colegas para confirmar o desmentir mis impresiones.
  • Otra cosa es que luego aporte horas que no están presupuestadas. El tiempo que sirve para cultivar mi relación general con un cliente, con un compañero de proyecto; o el tiempo que dedico a explicar, debatir y abrir perspectivas en agradable conversación no lo he presupuestado nunca. Tampoco presupuesto los extras que introduzco en cada proyecto a modo experimental, como un juego que me sirva para probar y mejorar y que, claro, el cliente nunca pidió ¿Como evolucionaría profesionalmente sin esas pruebas, sin esos juegos? Quiero pensar que hacen de mi trabajo algo de más valor, aunque no se pague.
  • De todo proyecto extraigo enseñanzas y normalmente acabo el trabajo con la sensación, a veces confirmada por el cliente, de que soy barato, muy barato.  Sin embargo creo que mi método es correcto y mis precios justos, así que no me preocupo demasiado por si soy o no soy demasiado barato. Además, en tiempos de crisis, como los actuales, no tiene sentido plantearse subir los precios; y en tiempos de esplendor tengo suficiente  trabajo e ingresos como para no preocuparme por ser muy barato.

Algunas reflexiones fleco:

  • Cuento con una gestoría que por un precio ridículo me tramita los papeles y declaraciones, pero los datos los registro yo y se los entrego siempre en la fecha límite. Un verdadero coñazo; y, claro, pago todos los variados y coloridos impuestos sin intentar entenderlos, como cuando jugando al Monopoly te sacan una tarjeta de esas de que hay que pagar… No quiero entenderlos, no quiero emplear ni una sola neurona en eso.
  • He renunciado a contar con las entidades financieras para nada. Antes cambio de oficio. Por otro lado, seamos sinceros, ellas tampoco están demasiado dispuestas a ayudarme en nada. Si pudiese evitar el uso de la cuenta bancaria para el cobro de las facturas… Si pudiese conseguir que me pagaran en efectivo… :-) ¡Ah! Todo un sueño de simplicidad e independencia.
  • Esa actitud tiene consecuencias especialmente en la capacidad de crecimiento. Buenas consecuencias. Si para crecer necesito demasiado a los bancos, vamos mal ¿Alguien no tiene eso claro en estos últimos tiempos? He visto a muchos proyectos fallecer en cuanto el banco les ha cerrado el gota a gota precioso y carísimo que les habían conectado en vena. Existen otras vías de apoyo financiero en tu propia red. Me pregunto (sólo me pregunto) si los artesanos no deberíamos poner en marcha, quizás, algunas medidas para proporcionarnos soporte financiero en red… ¿Tema para Todo por la Pasta?.

Desde luego que no soy un ejemplo a seguir; pero soy artesano y consultor; así que, aunque sea como caso clínico de estudio, ahí queda.

Publicado en Artesanía, Consultoría, Miscelánea.

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Once

Que sea de los mejores…

Publicado en Fotos, Miscelánea.

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Colaboragón

Pilar 2010, Zaragoza, víspera de ColaboragónYa en el AVE, hacía Zaragoza, un tanto griposo, me pongo a escribir, para pensar un poco más, en una nueva acción de formación a la que trataré de aplicar las ideas de la [no]formación. Como empieza a ser costumbre, se trata de un seminario de introducción a todo esto de lo 2.0. Lo llevo a cabo gracias al IAPP, la escuela de administración pública del gobierno de Aragón. Es curioso que mientras yo me descreo y alieno un poco de este festival 2.0, aumenten las demandas para que introduzca a otros.

Vamos a ver, vamos a ver, si puedo explicar como me muevo en esta paradoja (o contradicción) de hacer formación desde la [no]formación e introducir en lo 2.0 desde una cierta posición escéptica.

  • Ya lo decía, yo soy consultor, no formador. Trabajo con problemas concretos (o ayudo a concretarlos) y trato de facilitar el cambio o mejora deseado (y sincero) de la organización. En cambio, llevo mal el “introducir” conocimientos sin finalidad concreta. Me resulta una acción sin alma, sin propósito. Por eso, de nuevo, trataré de convertir este seminario en un proyecto (o en varios). Intentaré poner los medios necesarios para que se dé un encuentro efectivo entre gente que trabaja para una gran, enorme, organización. El seminario, si todo sale bien, devendrá un espacio de encuentros, una interconsultoría. Mi labor debería ser introducir (presentar) personas y ponerlas en contacto con técnicas y herramientas que puedan ayudarlas; así como hacer de sherpa en la Internet social, guiar a quien desee aventurarse por este inmenso espacio público.
  • El formato del seminario debería ayudar. Mañana me reúno con los participantes durante tres horas. En ese tiempo les hablare de la web social, de esos espacios de encuentro y conversación donde se pueden encontrar personas interesantes, dispuestas a compartir; y también de los peligros de las palabras de los gurus y de los espacios vacíos repletos de amigos. Acabaremos la sesión empezando a definir el proyecto o proyectos que nos lleven al logro de este encuentro. Durante un mes trabajaremos juntos a través de una red social montada expresamente para esta acción. Esa red dará forma a ese espacio de encuentro del que hablaba. El conocimiento formal y las referencias que acumulemos irán a parar a la wiki que vengo usando para este tema. Tras ese mes de trabajo, literalmente en red, nos volveremos a ver, a reunir, a tomar fuerzas para un impulso final. En quince días más, de este proyecto germen nacerán otros. El logro formal de este seminario será, precisamente, que explosione en varios proyectos bien fundamentados, proyectos basados en la colaboración facilitada que la web social hace posible. A partir de entonces, yo me retiraré, al menos como Community Enhacer, que dice Manel; que retirarse de la red no puede ser y además es imposible ;-) .
  • Trato de explicar, finalmente, eso de introducir a gente en la web 2.0 desde el escepticismo. Bueno, lo primero es quitarse de lo 2.0 y optar por hablar de lo social; que eso perdurará mientras que lo 2.0 se quedará atrás, obsoleto, como cualquier ordinal. Después se trata de hablar del enorme potencial de la conversación y de los espacios de colaboración que la web social hace posible. Finalmente, ya es hora, superada la euforia de los primeros días, de presentar una severa crítica de la web 2.0. El escepticismo permite reconocer que, en ese inmenso espacio poblado que conforma la red, quien más a gusto se encuentra es quien más auditorio necesita para alimentar su afán de notoriedad o su máquina de hacer dinero. No es que los afamados no puedan ser interesantes. Los hay, poquísimos, con algunos episodios brillantes; pocos con algunos momentos de sensatez; muchos que sólo son reiterativos y apagados ecos de los mejores; y una enorme cantidad de diletantes cuyo mensaje no sirve a ningún contenido ni conversación sino a propagar un ego (marca dicen) tosco y tópico. Mucha supuesta conversación no es más que reiteración y revisionado de sí mismo. Sobre las máquinas industriales de hacer dinero ¿qué decir? Aquí están, inevitables, y no siempre son fáciles de identificar. Creo que hay que tratar de que quien se introduzca en la web social se enrede con menos entusiasmo que cualquier descubridor ingenuo, pero con más aguante ante tanta tontería.

Total, que empecé este post en el AVE y lo acabo en mi apartamento de una noche (madrugada) de turista accidental en Zaragoza. Por cierto que, de vuelta de cenar en La Republicana, me han acompañado los fuegos artificiales del final de fiesta del Pilar.

Fin. Lo importante es que mañana es el día que… ¡comienza Colaboragón! ;-) .

Ya os contaré.

Publicado en Colaborar, Consultoría, En red, Formación, Método, Opinión, Proyectos, Web 2.0.

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Girona’s eleven (#redca Girona 2010)

Escalinatas de la CatedralHace poco ni se me hubiese ocurrido recomendar a nadie que se metiese en una habitación con once consultores a escuchar lo que cada uno expusiese durante más de cinco horas. Ni mucho menos me creería que de semejante despropósito saliese algo concreto, si no aplicable, suficiente para reflexionar en clave práctica. Y es que soy hombre de poca fe y de experiencia larga y castigadora que ve dificilísimo que once consultores colaboren de manera abierta, algunos sin conocerse. Me cuesta aceptar que se dejen guiar por uno de ellos que, además, tiene un deje exótico preocupante ;-) .

Pero pasó.

Me vi metido en una habitación desde la comida a la cena escuchando a otros diez colegas que tenían cosas interesantes que contar. No voy a decir que todas me entusiasmasen por igual, ni siquiera admitiré que los contenidos me abriesen mente y mirada. No. Lo interesante de la experiencia no fueron tanto los contenidos como las formas; no tanto las exposiciones como las ideas que surgieron en los diálogos que provocaron.

El segundo día Eugenio ofició de barman y maestro coctelero. Consiguió, con una técnica admirable por lo simple y brillante, que de una amalgama de hijos e hijas de su padre y de su madre emulsionase una pócima la mar de rica. Aún me la estoy tomando, a sorbos y despacito, que tiene enjundia: el mapa de ideas del buen hacer [no] formativo. La verdad es que cada uno de los consultores fue a su bola y la mezcla, batida, no agitada, constituyó la verdadera buena experiencia de las jornadas #redca de Girona.

Quedó demostrado que nos lo pasábamos muy bien cuando durante los descansos, comidas y copas seguíamos hablando de red y de consultoría; o cuando la conversación se alargaba hasta las cuatro de la madrugada, en el portal del hotel, como si fuésemos adolescentes que no saben separarse ni quieren aceptar el fin del día. Eso sí, las conversaciones se aderezaban hasta el exceso con referencias trekkies, zoológicas, shakespirianas, peliculeras, comiqueras, costumbristas y góticas. Sobre esos aderezos ha surgido un nuevo proyecto de taller, pero esa es otra historia…

No voy a negar que entre tanto contenido no se colase algo de consultolabia; pero siempre iba acompañado por una elevación de cejas o alguna sonrisa torcida que demostraba que estábamos en guardia. Quedaron, en cualquier caso, los palabros propios del oficio sepultados por un sinnúmero de palabras inusuales en este tipo de foros: strip-tease, ornitorrincos, fertilizar, divertir, conversar, buen hacer… en fin.

Las perlas de las jornadas, para mí, fueron:

  • La actitud 2.0 pura y simple de José Manuel que desvestido de toda tecnología doscerista demostró que lo doscero no tiene demasiado que ver con ella. También nos hizo notar cuán perturbadora puede ser nuestra actitud friki, multitarea, especialmente la tuitera: “¿Quieres parar de tuitear que me pones nervioso?” :-D .
  • El ofrecimiento y la impecable ejecución para conducir la segunda jornada de Eugenio que, además, enunció algunos principios sobre la organización en red que reconocí como ideas mías mucho mejor expresadas de lo que yo soy capaz, algo que convierte a un autor en verdadero compañero de viaje.
  • El alcance y envergadura del proyecto expuesto por José Miguel, montado sobre una estructura muy simple; todo disimulado en un mapa de ideas de ná.
  • La franqueza y el entusiasmo abiertos de Gallas; y su manera de hacer explícita su perturbación ante algunas discrepancias con el método de las constelaciones organizacionales.
  • La sencillez cristalina de las formas e ideas de Anna en su exposición. Yo no sé hacer presentaciones tan bonitas… casi nadie sabe.
  • El “palique fértil” de Amalio, que no calla ;-) pero que escucha, dribla, corrige y absorbe mientras ejerce de incansable conversador.
  • El trabajo en equipo de Manel y Anna para organizar las jornadas, que les salió redondo.
  • La diversidad de referencias de la exposición de Manel y la complicidad comiquera que estableció con Gallas.
  • La impresionante actitud de aprendiz de Nacho, sus silencios en las conversaciones. Nacho es un maestro, pero de delicioso incógnito.
  • La idea de “actitud Troyana” de Sílvia, capaz de conseguir que un policía se despelote en una sala llena de gente, ¡uau!.
  • Y la perplejidad de Alberto cuando intentaba entender esto de que la red de #redca tuviese como criterio de entrada y funcionamiento que no hubiese criterio alguno. Nos sirvió de mucho el tener que explicarlo.

Y de las perlas a la pegas, sólo un par importantes, que detecté: El formato breve de exposición (menos de 15′) es muy difícil. Hay que currárselo mucho y no cualquier contenido es susceptible de funcionar en esa brevedad. En el programa de las jornadas se pedían experiencias, pero ese tiempo es insuficiente para presentar una experiencia y hablar de ella hasta destilar sus ideas clave. Creo que los escasos diez minutos se ajustan más a la presentación de ideas, tesis y propuestas genéricas. Y que hubo pocas chicas… ;-)

Por los enlaces, si los habéis seguido, llegaréis a la wiki que recoge los contenidos y alguna imagen de todo esto. No da para entender lo que he explicado, pero sirva para mostrar la intención de compartir lo que hicimos. Por mi parte, queda para un próximo apunte una ampliación de mi exposición.

Más entradas sobre las jornadas, aquí.

Publicado en #redca, Artesanía, Consultoría, En red.

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Girona, primavera del 2010

Mañana salgo para Girona, donde me encontraré con Alberto, Amalio, Anna, Asier, Eugenio, José Manuel, José Miguel, Manel, Nacho y Silvia en un taller artesano que promete: “[No] formación para directivos“. Esto es, unos cuantos artesanos nos vamos a Girona a ver si encontramos la fórmula alquímica que nos proporcione una alternativa a la “mardita” formación para directivos.

Si respecto a la formación ya me he quedado a gusto unas cuantas veces, a la formación para directivos le tengo aún más ganas ;-) . Uno ha sido (quizá lo sea) formador y directivo. Como directivo sufrí del mercado formativo y como formador conozco las vergüenzas de esa práctica. Desde ninguna de las perspectivas consigo salvar demasiado de la formación para directivos como no la convirtamos en otra cosa. Estoy en ello; y mi exposición será una vuelta de tuerca más teórica y amplia al caso del que hable hace poco; pero de mi charla y de las de los demás ya daremos cuentas tras el taller. Hoy quería anunciarlo y aprovechar para reflexionar sobre lo que me gusta y lo que no del taller previsto:

Me gusta:

  • No hay espectadores, todo el que acude expondrá alguna idea, propuesta, caso o lo que sea.
  • La brevedad de las exposiciones. Creo que contamos con once exposiciones que, preguntas incluidas, no deben superar los 15 minutos cada una. Un mini TED, vaya, formato que tengo muchas ganas de probar.
  • La orientación al logro, que se concreta el segundo día del taller donde todos trabajaremos en una propuesta que ojalá sea tan ambiciosa como plausible.
  • La asistencia de personas que aún no conozco personal o profesionalmente y que se consideran alineadas con la consultoría artesana, dispuestas a pasar por la piedra de la exposición obligatoria y breve.
  • Que vengan consultores internos (Anna, José Manuel y Silvia), gente que se consideran consultores pero a los que nadie llama así, que trabajan desde la propia organización y que traerán un poco de aire fresco a la banda de mercenarios que somos los demás ;-) .

No me gusta:

Poco más, que ya explicaremos, postearemos, publicaremos y tuitearemos lo que por Girona acontezca mañana y pasado. Manténgase atentos a sus pantallas.

Publicado en #redca, Artesanía, Consultoría, Formación, Organizaciones.

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