Julen anda haciendo preguntas de ésas que hacen pensar o, más bien, que te concretan y te llevan a buscar conclusiones sobre lo que andas pensando un tanto difusamente. Después de leerlas, pensé que podía ser un buen ejercicio responderlas, pero que mejor lo hacía a través del blog.
- ¿Una consultora puede vivir ajena a Internet?
La consultoría no está demasiado formalizada como oficio, ya no digamos la artesana. No hay escuelas ni cursos de consultoría y no existe un cuerpo de conocimientos que defina a quien los posee como consultor profesional. Probablemente porque es un oficio que tiene mucho más de método que de contenido, más de forma que de fondo. En ese aspecto, Internet y la manera en que se gestiona la información y el conocimiento a través de las redes se ajusta muy bien a las necesidades de la consultoría: rápida actualización, vinculación entre ideas, informaciones breves e, incluso, ese estado de alerta permanente y sostenida, esa atención dispersa, que exige un trabajo que consiste en estar aquí y allá con a saber cuántos temas distintos. - ¿Una consultora es carne de cañón para escribir un blog?
La consultoría es, claramente, una etiqueta que empieza a ser clásica en las entradas de muchos blogs. Así que parece evidente que es tema de blogueo. Me parece lógico. Si la consultoría consiste en ayudar a resolver problemas y la buena consultoría lo hace conversando ¿qué mejor que el blog para contrastar las ideas?. Pero a esta reflexión añadiría una utilidad del blog quizá no muy considerada explícitamente, y que para mí es bastante fundamental: permite formalizar pensamientos e ideas sin tener que soportar la rigurosidad de informes o de comunicaciones. Así que un blog no es que se pueda alimentar de una consultoría, sino que puede ser una buena herramienta para documentar el propio conocimiento que es el material con el que trabaja un consultor. - ¿El prestigio en Internet correlaciona con el prestigio de trabajo real? Si Google dice que soy page rank 5, ¿la consultora es de ese supuesto nivel?
La verdad, ni idea; se podría investigar aunque no sé qué haríamos con las respuestas. Tampoco sé muy bien por qué diferenciar entre trabajo real y trabajo en Internet ¿Vale la pena hacerlo? ¿No es artificioso a estas alturas? Lo que si me pregunto en algunas ocasiones es si escribiría en el blog algunas de las cosas que escribo si supiese que todos mis clientes me leen. La verdad es que los escasos que llegan a leerme sé que no se preocuparán por alguna de mis ideas radicales. - ¿Una consultora que no escribe en Internet es menos competitiva?
Bueno, la verdad es que las consultoras no escriben en Internet, lo hacen algunas personas que se ganan la vida en ellas. En ese sentido, sí. Disponer de la capacidad, la curiosidad y la constancia de escribir en un blog te hace más competitivo; por no hablar de otros beneficios asociados a la práctica de la escritura en público. - ¿Como se combinan la confianza con el cliente y la reputación en Internet?
Si consideramos al consultor como alguien que (en el mejor de los proyectos) hace de sherpa del cliente en su exploración de nuevas vías, bueno, Internet está ahí fuera y vivir en ella ofrece confianza a quien se debe adentrar. Si no eres nativo digital, gozar de cierta reputación en la villa de Internet inspira confianza. - Si busco tu nombre en Internet y no te encuentro, ¿puedes haber decidido que no quieres estar ahí?
Probablemente dé igual si lo has decidido o no. No me imagino a nadie que se mueva por estos lares profesionales que haya decidido no estar en Internet, pero el resultado será el mismo a medio plazo. Cuando me encuentro a alguien que pretende ser voluntariamente ajeno a Internet, suelo pensar en la fábula de la zorra y las uvas ¿Podría darse el caso de una ausencia intencionada y sincera? ¿Quizá basada en un purismo que no acabo de entender? Quizá, pero sería una excepción tan extravagante que generaría reputación por si misma… y acabaría apareciendo en algún meneo. - Una consultora, ¿gana o pierde por liberar contenidos de sus proyectos en Internet?
Gana. En varios sentidos. El evidente es la reputación (si los contenidos la merecen, claro). El no tan evidente es que liberar contenidos supone que cada proyecto tendrá generar nuevos y dejar los viejos atrás. Esta forma de hacer supone una tensión muy sana en un consultor. Cada proyecto debería ser nuevo, adaptado al cliente en concreto y renovado, por que la experiencia con que lo pones en marcha es diferente a la del último. No liberar contenidos (en Internet o no) supone que piensas amortizarlos, seguir sacando valor a lo que ya está empezando a perderlo; que vas a intentar vender al próximo cliente algo que ya hiciste para uno anterior.
- Si pagas a una consultora, pero, por ejemplo, sus materiales de formación los ha liberado en Internet, ¿el cliente se puede mosquear porque paga por algo que está disponible más o menos gratis?
Sí que puede, aunque eso quiere decir que alguien no ha entendido algo. Los materiales de formación son, o deberían ser, lo menos valioso de la formación. El conocimiento está por ahí, es fácil de encontrar y de almacenar. Pagar por el conocimiento es perder dinero. Si el consultor es como un libro, desde luego que el libro es mucho más barato. Si el consultor es más bien un metodólogo (¡palabro!), el proyecto no basará su valor en los materiales sino en los aprendizajes que el cliente logre y, para eso, los materiales son sólo condimentos o materias primas; pero sin cocinero, mal vamos.
- ¿Una consultora debe hacer trabajos gratuitos?, ¿también la economía de la gratuidad puede llegar a los contenidos generados por una consultora?
Creo que puede, pero hay que andarse con ojo porqué el sistema le ha explicado a la gente, y se lo ha explicado muy bien, que lo gratis no vale. Quieras o no, el dinero es la manera fácil y oficial de cuantificar, en última instancia, el valor de cada cosa. He trabajado en proyectos en los que he bajado el presupuesto al mínimo por colaborar en una causa que lo merece y que no dispone de recursos y, algunas, demasiadas veces, me he encontrado con que los clientes no sabían poner límites a sus exigencias. A oferta gratuita, demanda infinita. No debería ser así, pero lo es muchas veces. Yo propondría, en estos casos, cobrar en especies. No es broma. Podríamos intercambiar tiempo, conocimiento. Habría que pensarlo. Con lo de la economía de la gratuidad supongo que te refieres a los servicios 2.0 gratuitos y ahí sí que no sé cómo una consultoría podría conseguir algo.
- ¿Un proyecto de consultoría es carne de cañón para un wiki?
Lo es. Sin ninguna duda. Cada proyecto debería dar lugar a una wiki. Otra cosa es que con el cañon le puedas dar a algo… Sigue siendo difícil e igual tenemos que buscar sistemas similares a las wikis que aún sean más fáciles para quien nunca se ha asomado a este invento. Pero incluso para el propio consultor, poder ordenar los resultados y la evolución de un proyecto en una wiki es una ventaja competitiva.
- ¿Se adquiere prestigio profesional como consultora a través de los blogs?, ¿pueden ser los blogs la moderna charlatanería del feriante?
Eso son dos preguntas, pero a las dos respondería que sí. El blog no diría que es un medio de comunicación más, pero desde luego que comunica. Después está el tema de siempre, el blog puede ser desde muy malo, pura charlatanería, hasta un referencia de ésas ineludibles. He visto consultorías de feria que no han sabido sustraerse a publicar un blog por que es lo que se lleva y ahí hay que estar, Han durado cuatro telediarios, los blogs. Las consultoras siguen, claro, que hay gente para todo.
- ¿Pierde competitividad una consultora si no se engancha a la web 2.0?
Supongo que ya ha quedado claro que creo que sí. La consultora es, entre otras cosas, una avanzadilla de su cliente en nuevas maneras de hacer. Lo 2.0 es lo nuevo ahora, así que… hasta la próxima revolución o así, claro.
Bueno, Julen, deberes hechos . En serio, ya lo he dicho, reflexionar en voz alta y pública va muy bien y es una de las utilidades del blog. Seguimos preguntándonos cosas.
Joder… me encanta, me encanta, me encanta. Gracias mil. Desde luego que vas a salir en lugar estelar en mi siguiente sesión de trabajo con el grupo de consultores Premie con quienes estoy retorciendo argumentos estos días.
Un placer. Y quizá siga afilando algún que otro asunto que todavía no acabo de ver del todo claro.
Que disfrutes de fin de semana.
Servidora , Julen y sí que hay que afilar alguna cosa, yo ya voy sacando el chiflo para avisar a los vecinos…
Espléndido trabajo.
¿Una consultora debe hacer trabajos gratuitos? – Yo diría que en ciertos trabajos que pueden estandarizarse sin perder calidad se puede trabajar bajo resultados. Me explico.
Todo depende de:
1) que los costes estén muy controlados (¿os acordáis?) y los procedimientos de trabajo en la consultora estén muy claros y estudiados para que la ‘imaginación y fantasía’ del consultor no le haga caer en gastos innecesarios, demoras peligrosas, etc., y
2) si la consultora y el cliente son capaces de establecer PKIs para monitorizar los resultados que va dando el proyecto. Es bastante difícil de encontrar clientes que entiendan esto y el concepto PKIs es bastante abstracto. En este caso, la consultora podría cobrar una ‘comisión de éxito’ según se van acercando los objetivos del trabajo.
3) que estemos delante de un cliente que vea que los resultados obtenidos superiores al precio que pague por el servicio, lo cual es una percepción que no suele tener y contra lo que debemos luchar a brazo partido día a día.
4) la consultora vea y apueste por el largo plazo. Un ejemplo, un plan estratégico en la PYME podría diseñarse gratis a cambio de que la gestión también forme parte del proyecto o signifique que algún puesto remunerado en el Consejo de Administración va a ser ocupado por alguien del equipo consultor.
Lo que pasa es que es irracional que una consultora lo tenga, a nivel de trabajo interno, todo ‘bien atado’. Por eso, no hay gratuidad.
Pensaré algo más en el tema y te haré un trackback, ¿ok?
Nos leemos.
Ok, amalgamador, bienvenidos sean los trackbacks por lo de Blog2Blog que tienen. Es la conversación más interesante.
Los puntos 2 y 3, la verdad es que no los entiendo del todo. En el 2 ¿contra qué hay que luchar? ¿contra dar más resultados de los pagados o contra la percepción errónea del cliente?
Esperaré tu entrada, a ver si aprendo algo más.
A ver si ‘aquilato’ la discusión porque, tal vez, no debí publicar el comentario sin haber meditado más la sintáxis utilizada en las frases. Creo que la pasión me ha podido, sin lugar a dudas.
Para dar gratuidad, el consultor, ante el proyecto que aborda y delante del cliente, debe tener la certeza de que éste entiende que los resultados a obtener serán superiores al precio que pagará por el servicio. Es una forma de filtrar a quién se le ofrece la gratuidad. Siendo una perogrullada para el consultor y cualquier comercial, es una percepción que no suele tener el cliente (ante un trabajo de consultoría) y contra la que debemos luchar a brazo partido día a día.
Respondo a tu segundo interrogante. Si la consultora y el cliente son capaces de llegar a un acuerdo previo en torno a los indicadores clave de desempeño (KPIs) que se van a utilizar para monitorizar los resultados que va consiguiendo el proyecto, éste puede empezarse siendo gratis o muy barato. En la medida en que los KPIs se van consiguiendo, la facturación de la consultora por ese proyecto adquiere los niveles normales. Sin embargo, es bastante difícil encontrar clientes que entiendan la esencia de los indicadores clave y, más difícil todavía que se la jueguen a unas magnitudes desconocidas para él o en las que nunca habrá pensado. Tal vez, la utilización en el primer comentario del término PKI (en lugar de KPI) te han podido confundir. I’m sorry.
Espero haber sido más claro al respecto y lamento que el apasionamiento haya nublado la claridad del comentario que te dejé antes.
Nos leemos.
¡Jeje! Buscando ahora PKI en internet sale el Partido Comunista Indonesio (Partai Komunis Indonesia) y la Private Key Infrastructure. Ya imaginaba que lo de la K era “clave” y lo de I, “indicador”, pero no lo tenía muy claro.
De todas maneras, lo que planteas no es tanto una consultoría gratuita como una estrategia de inversión a corto plazo y amortización a medio o largo plazo, ¿no? En realidad se trata de un modelo, más que gratis, de financiación de un proyecto.