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A otra cosa

NaufragioHace tiempo que no hablo de un proyecto que, en parte, dio un primer impulso a este blog. Hace casi un año publiqué la entrada Concretando una web 2.0, a la que siguió A propósito de la web 2.0 profesional y otras más. Se trataba de un proyecto 2.0 profesional que aún considero interesante pero que, poco a poco, ha sido malogrado por factores inevitables, como el cambio de gobernantes políticos, y evitables, como una lamentable desidia administrativa y muchos fallos de gestión.

Debería haber empezado su andadura a finales del año pasado; no empezó a hablarse de él hasta finales de este invierno; hoy aún ni ha comenzado, y le queda un buen trecho burocrático antes de empezar. Tiene que estar acabado antes de fin de año para que pueda beneficiarse de la financiación que se le otorgó y ha dado tantas vueltas y ha pasado por tanta gente que empieza a ser irreconocible. Con suerte se creará la plataforma tecnológica que le debía sustentar, pero por aquí sabemos que la tecnología sin gente es como un barco fantasma.

Lo lamento, claro, por el empeño que puse para que se concibiera una idea así en una administración y para un sector que anda necesitado de colaborar y crear conocimiento.

Pero esta entrada no es para lamentarse. Al contrario, quiero destacar que, gracias a un proyecto (que ya creo malogrado), he aprendido mucho; hasta el punto de que hoy lo enfocaría de manera muy diferente y con mayor seguridad. Lo cierto es que poco menos de un año ha supuesto muchos cambios alrededor de la colaboración profesional a través de la web. Si algo me indica que hoy el proyecto sería mejor que aquél es que, hoy, sería muchísimo más simple que el que diseñé entonces. Así que aprovecho la perspectiva para formalizar(me) unas cuantas conclusiones.

  • Los servicios digitales y las plataformas han perdido mucha importancia, la cantidad de software libre y el sinnúmero de servicios 2.0 que se han consolidado hacen que el peso de la parte de desarrollo de un proyecto de este tipo se quede en poco más que en nada.
  • Aumenta el peso de un rol tecnológico “blando”: el de alguien capaz de escoger con criterio, adaptar e integrar los servicios que se pretenden ofrecer en un “mashup” mutante y adaptativo a lo que se vaya necesitando.
  • Tecnología pop, que dice Alorza, ese sabio señor. Hay que ir a buscar la conversación allá donde ya se cruzan voces. Mostrar esa conversación a los que aún están ajenos a ella y que se sumen a ver qué sale.
  • Se eleva a la enésima potencia la necesidad de mostrar, demostrar y provocar entre las personas y profesionales de la comunidad objetivo de los servicios. Como decía Dans el otro día No creas que todo el mercado es como tú.
  • Quien tenga el poder de influir y decidir debe creer y entender qué es todo esto de lo 2.0. No hace falta que sea un friki, ni siquiera que tenga un blog o así; pero debe ser alguien que, al menos, tenga sus orejas y su mirada atentas a lo que se cuece en la web. Sin ese conocimiento en los que deciden, la cosa no está imposible, pero sí muy muy cruda.
  • Cuidado con las subvenciones, no se suele subvencionar a las personas sino a las compras de cosas caras y sin vida. A cambio te ponen calendarios estrictos y tareas administrativas que no necesitas para nada. Cuidado con las subvenciones porque atraen a los gestores por el mero hecho de existir y tienen la mala virtud de poner en marcha proyectos porque hay dinero y no porque sea bueno o conveniente.
  • Cuidado con los miedos. Algo evidente ¿no? La idea es obvia, pero el cómo se traduce puede ser sutil. Por ejemplo, el proyecto del que hablo originalmente se orientaba a todos los trabajadores en un ámbito social, fuesen altos cargos o administrativos de ventanilla. Mucha gente muy diferente. Eso da miedo. El proyecto, hoy, se centra en un colectivo profesional concretísimo cuya masa crítica no hace posible ni largas colas de talento ni colitas siquiera. Eso sí, será una “coletilla” fácil de controlar con un número de personas que no llega a la masa crítica necesaria para poner en marcha una conversacion 2.0.

That’s all folks. Debía esta entrada a los que seguisteis las primeras, charlasteis conmigo del proyecto y me echasteis una mano. Insisto en que lo mejor es lo que he ido aprendiendo, así que… ¡A otra cosa!

Publicado en Administración, Colaborar, Conocimiento, Proyectos, Web 2.0.

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2 Respuestas

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  1. Alorza dijo

    Sobre los escombros de los proyectos fallidos es más fácil auparse para elevar los nuevos. O también, “derrota tras derrota, hasta la victoria final”.

    Ahora en serio. Ha pasado lo que tenía que pasar y algunos hemos aprendido por el camino. Life goes on.

  2. los sueños de la razón dijo

    Esa es la idea, y cuando un proyecto empieza a ir a la deriva… la verdad es que lo mejor es apartarse de su camino o al final pierdes horas y ganas e, incluso, te puede arrastrar en su hundimiento.

    Y, gracias, Alorza, de vuestras ideas en eadminblog saqué y saco mucho jugo. Ya te digo, a otra cosa. Estoy en ello. Seguiremos informando.



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