Ya hace unos días que Julen publicó 27 preguntas (¡ahí es nada!) que se plantearon en una mesa de trabajo del Servicio de Innovación de la Diputación Foral de Bizkaia. Como él dice, se trata de cuestiones que dan mucho juego y ya hay gente que se ha apuntado a jugar, como en conGestión de personas. La primera pregunta era especulativa: 11 cambios en el mundo laboral. No soy yo buen oráculo del futuro y, además, estoy muy de acuerdo con Julen. Sin embargo, la segunda pregunta: 10 causas de malestar provocadas por la empresa la he visto más asequible a mi experiencia y opinión. Así que aquí vamos, venga, a dar ideas. Lo que sigue se basa en mis causas de malestar en las ocasiones en que he sido contratado (o empresario, también). Alguno habrá que piense que exagero. No lo hago. En serio, aunque, claro, quizá no valga para todo el mundo. Por supuesto. Como todo.
En tono de tú a tú con la organización.
Estimada corporación, apreciados patronos:
- No entiendo lo de la selección. No sé porqué decide quién currará conmigo sólo alguien que apenas voy a volver a ver y con quien no voy a trabajar. Será mi jefe o un experto en los humanos como recursos, pero no sabe apenas nada de lo que se cuece aquí abajo. Con quien tengo que trabajar y con quien paso una buena parte de mi vida son un montón de personas que no han podido dar ninguna opinión sobre quienes serán sus compañeros.
- No entiendo esta guerra fría que os lleváis entre sindicatos, recursos humanos (vaya oxímoron) y dirección sobre mis derechos, deberes, seguridad, salud laboral y todo eso. Me usáis como peón de intercambio en un juego que no comprendo y del que no consigo percibir ningún beneficio de los de verdad. No me dais palabra y, aquí, los humanos, pensándolo bien, no somos más que vuestros recursos para negociar vete a saber qué.
- Me habéis valorado unas competencias para un puesto de trabajo; pero tengo muchas más, mi capacidad es mucho más ancha y horizontal que este conjunto reducido que habéis decidido que me corresponde. Es verdad que me preparé, hace tanto, para un trabajo como este; pero ¿qué queréis que haga con todo lo que sé hacer y no puedo hacer? Desde que me instruyeron para este oficio he cambiado yo y ha cambiado el oficio. Los únicos que pretendéis no cambiar sois vosotros.
- No aprendo, aquí hace tiempo que no aprendo nada. Al principio, claro, tuve que aprender de qué ibais y de que iba este curro. Fue bonito mientras duró; pero hace ya mucho que estoy francamente aburrida. Esos cursos de formación son muy de agradecer (algunos, que otros aún no entiendo a qué venían), pero en ellos sólo acumulo alguna que otra técnica, algunas ideas; y eso en los que son buenos. Donde yo he aprendido es en el día a día, haciendo y deshaciendo y ya hace tiempo que repito, sin horizonte alguno.
- No entiendo, tampoco, esta lógica del dinero con el que me pagáis lo que limitadamente me permitís aportar. No veo razón para tantas diferencias entre unos y otros. Soy capaz de comprender que hay gente con más o menos responsabilidad y que eso se paga, pero poco más. No sé porqué puede haber diferencias de diez a uno (o más) ni cuál es la lógica de esa valoración que habéis hecho; por mucho que metáis factores y ecuaciones. Eso es un invento. Aquí lo que se vale y lo que se paga no tiene mucho que ver.
- ¿A qué viene toda esa cantinela de que lo importante es el cliente? ¿Dónde está ese cliente en vuestras decisiones corporativas? Es otro recurso humano de esos. Aquí yo tengo instrucciones de hacer lo que más os beneficie (y sólo económicamente), no lo que más beneficie al cliente ese. La consideración que tenéis con el cliente es pura fachada. Claro, es quien paga, una parte al menos, pero parece que os estéis devanando los sesos todo el día para ver cómo lo embaucáis con una sonrisa, que quede contento, al menos un ratito, pero vamos a esquilmarle en lo posible.
- Lo de la conciliación esa de la vida en familia también tiene su coña. Ni que fuesemos amantes o yo fuese bígamo. La de reglas y normas que necesitáis para que esto del curro no sea un infierno. Las cosas son más sencillas, en serio. Esto no puede ser. Lo que quiero no es conciliar nada, lo que quiero es que trabajar no tenga que conciliarse con nada, que sea una parte de mi vida en la que me pongo de acuerdo con otros, como es la vida, vaya, familiar o no familiar, laboral o no laboral.
- Esto está lleno de intermediarios que no me sirven para nada: jefes, departamentos, sindicatos. Entre yo y quien decide, entre yo y quien me paga, entre yo y el cliente ese ¿Es que nadie puede hablar de tú a tú? ¿Porqué siempre la responsabilidad cae sobre alguien que no está aquí?
- Aquí hay gente drogadicta a mogollón. No es broma, pastilleros a diestro y siniestro que se intercambian recetas y pildoritas. Creéis que exagero, pero no. Para dormir, para no dormirse, para no llorar. También los hay que se escaquean (o consiguen huir) con eso de la baja médica. Mira que es fácil, eso. Aquí hay mucho enfermo y miráis para otro lado. Esto no va a acabar bien.
- No me dejáis en paz, eso es lo que pasa. No me embarulléis con tanta norma y con tanto manágemen. Dejadme en paz, dejadnos en paz, y veréis de lo que soy y somos capaces. Hasta quizá llegaríamos a entendernos de una maldita vez. Sólo necesito a alguien con quien hablar en serio.
Buenísimo.
La conclusión es que las personas son sumisas porque les pagan, y punto.
La viñeta es un resumen magnífico a todos estos razonamientos.
Repito, buenísimo.
Muy bueno, Miguel, y muy sencillo, que es lo difícil.
Seguramente todos los que pasemos por comentarios o lean este artículo estarán de acuerdo con este diagnóstico.
Y la cuestión es siempre la misma, y me recuerda eso del manifiesto por la actividad y las declaraciones de principios, pero sin finales: ¿por qué nada cambia, o por qué es tan difícil que se mueva un poquito a pesar de que tanta gente supuestamente declare saber lo que está fallando y saber lo que hay que hacer?
En el blog de Yoriento… Cómo “preparar” las entrevistas de trabajo. Incluye vídeo desmitificador (473)
Genial. De acuerdo en todos los puntos, incluso en esos que parecen increíbles, pero son reales.
Yoriento: nada cambia porque hay eso que llaman “intereses creados”. Los que están arriba (o creen ingenuamente que lo están, sin estar), los que ganan diez veces más, los que tienen negocios privados paralelos a la empresa, etc, etc. Todos esos son los que hacen imposible el cambio.
No sé, Carlos. Siempre estamos mirando arriba y creo que de vez en cuando también hemos de mirar al lado y a nosotros mismos. Todos esos problemas que se mencionan tienen un componente individual importante.
La organización y los directivos son los responsables de mantener el estatus quo, estamos de acuerdo, pero ¿cuántos “empleados” lo aceptan sin más porque otra cosa sería adentrarse en un mundo de iniciativa y esfuerzo personal más allá de lo que les piden?
La viñeta de Forges también refleja que en parte preferimos estar sometidos pero cómodos y con reglas malas pero conocidas, no?
En el blog de Yoriento… Cómo “preparar” las entrevistas de trabajo. Incluye vídeo desmitificador (473)
Estoy de acuerdo contigo, pero como quién dice: “Sabías a lo que venías.” A veces es casi peor que la empresa trate de hacer algo por el trabajador, que que pase de él. Aunque, creo que tienes mucha razón en muchas cosas.
En el blog de Adrián García… A Fuego
Muy bueno. El tema de las drogas pone los pelos de punta ¿no? De verdad que estamos en un país tan deprimido. Alguien debería hablar sobre esto ¿no?
En el blog de David Sánchez Bote… quehaydelomio2.0
Al cajón de los sueños
Excelente!
En el blog de Odilas… Liderazgo Femenino
Justo en la diana!!! Un día de estos te va a pasar algo…cuídate
En el blog de cumClavis… Update’09: innovación social
Brillante. Y estoy de acuerdo con Yoriento, hay que mirarse en el espejo. Es cómodo someterse.
En el blog de Iñaki… 10 causas de malestar con la Administración
Joder cómo te has puesto… esto… tranquilidad… que bueno… ya lo cambiaremos poco a poco.
“lo que quiero es que trabajar no tenga que conciliarse con nada, que sea una parte de mi vida en la que me pongo de acuerdo con otros, como es la vida, vaya, familiar o no familiar, laboral o no laboral”: para mí es la base de todo. El problema es que el trabajo es, en este país, una putada. No sé cómo se creo el monstruo, pero por aquí anda.
Bueno, has provocado la carta de dimisión de un director de rrhh en mi blog, ya te vale…..
En el blog de Nacho Muñoz… El Orden Espontáneo en la Blogosfera
Gracias por los comentarios.
Nacho¿Tú crees que ésa es la conclusión? No sé. No pretendía presentar una situación exactamente sumisa… Mira que lo siento lo del dire ese del oxímoron .
Yoriento, sabemos lo que falla, quizá, pero no tanto lo que hay que hacer. Diagnosticamos, pero el tratamiento es otra historia (aunque necesita del diagnóstico). Y, en relación a mirarse a uno mismo, bueno, como digo, esas son las cosas que a mí me provocan malestar y que, por otra parte, he solucionado o voy solucionando
Carlos, Iñaki, creo que se trata de un sistema, donde no hay nadie directamente responsable ni directamente víctima. Aquí jugamos todos, unos más, otros menos. Incluso los críticos conseguimos que algo cambie para que no cambie todo
David, lo de las drogas creo que es verdad, no es como para poner los pelos de punta porque la farmacoterapia silvestre está a la orden del día. Lo que sí es cierto es que hay mucha enfermedad (real o ficticia) generada, si no por, sí en el entorno empresarial.
Odilas, cumClavis, gracias.
Julen, no, si la tranquilidad me la he ganado ¿En este país? ¿En otros no?
Me gustan tus malestares. Me gusta lo que dices y cómo lo dices. Me sonrío cuando los leo. Me resuenan. Siento que describen cosas que he visto, vivido y sufrido. Mi reconocimiento y mi gratitud.
En el blog de Juan Palacios… ¿Cuáles son las principales fuentes de malestar que se vivencian en las organizaciones?
No entiendo la insistencia por convertir mi trayectoria profesional en carrera profesional (¿de obstáculos?). Ni porqué mi avance debe producirse en términos de competencia interna y no de cooperación. Ni que hables de trabajar en red y diseñes barreras inimaginables para el libre intercambio. Ni que hables de liderazgo e impongas líderes, anulando a los que surgen y son reconocidos de manera natural. Ni que vetes la innovación o la creatividad como competencias de mi perfil y las asignes sólo a los directivos.
Querida corporación, no entiendo porque insistes en permanecer en el limbo de lo gris cuando te sabes compuesta de mil colores, de una diversidad que -de poder aflorar libremente- te haría más rica.
Gracias, mkl. Un post sublime.
En el blog de Anna… Des de l’altre costat [Carme]
Juan, Anna, gracias por los comentarios y por contribuir a esta lista que se está haciendo interminable, Anna desde el comentario, y Juan desde tu blog.
(por cierto Juan, cuánto tiempo, desde el INEM )
Antes de nada, un saludo. Y una felicitación por lo que, a mi modo de ver, es una lúcida enumeración de los puntos de conflicto empresa-asalariado. Casi te diría que te has quedado corto en alguno, por lo que sospecho que te habrás mordido un poco la lengua… Me ha encantado sobre todo la reivindicación de “soberanía personal” frente a la guerra fría entre RRHH, sindicatos y dirección. Personalmente ni creo ni confío en los grandes sindicatos, más preocupados por mantener la “paz social” que por la defensa del obrero.
Bueno, y mil cosas más que decir y que se quedan en el tintero por falta de espacio y tiempo y por exceso de sueño y prudencia. Te invito a conocer mi blog, que comparte “razón” con el tuyo. Saludos
En el blog de SUSO… MARTE EN GOOGLE EARTH
Un saludo, SUSO, gracias por dejar caer tu opinión por aquí. No creas, no, no me he callado más que lo que rebasaba la consigna del decálogo… Nos leemos.
Recordemos que el salario medio en España es uno de los más bajos de la UE, o lo que es lo mismo, los trabajadores de este país deberían cobrar en torno a un 59% más de sueldo medio; esta medida promovida por el Gobierno, sólo ayuda a paliar la inflación, en lugar de establecer medidas eficaces. Por si fuera poco, ayuda a que muchos empresarios continúen cosechando “abultados” márgenes de beneficio. Es triste, pero es la realidad en la que nos movemos laboralmente, así que mientras tengamos un sueldo que nos ayude a ‘ir tirando del carro de la vida’, seremos meros conformistas acentuado, sobre todo, en tiempos de crisis.