De memoria, oído en una cola del supermercado. Crónica (más que conversación) de una cliente a una cajera de expresión compasiva estándar e inmutable:
… si es que las desgracias nunca vienen solas. Están muy mal. Están muy mal. Ya sabes ¿No? Que le operaron de la cadera y que su hija le cuidaba. Pues tuvo un ataque de histeria. La hija. Imagínate. Ella sin poderse mover y la hija con una ataque de histeria. Llamó al hermano. Que también está muy mal. Imagínate que le entró un virus en el ordenador. Pobre. Por la internet. Es que las desgracias… Ya se sabe. Nunca vienen solas.
Un poco negro, sí, pero de verdad que lo oí.
Te creo, te creo… Lo que me sorprende es que tengas tiempo para ir al supermercado