Hace poco comentaba en una entrada, Administración 2.0, sobre lo alejadas que me parecían las iniciativas que leo sobre la modernización, apertura, doscerismo, electrificación, electronificación, e-loquésea, etcétera de la experiencia como “administrado”, que es como me siento tantas veces: mal administrado. En ocasiones pienso que hay más taxonomía sobre la administración que viene que casos de éxito. Experiencias profesionales aparte (a veces las más frustrantes), como ciudadano vivo administrado por toda una legión de personas, trabajadoras de la administración, que me tratan peor aún que una de esas grandes corporaciones de las que tantas pestes echamos por su pésima atención al cliente.
Sabéis cuantos resultados da Google si buscas [administración+modernizar], pues la friolera de 7.930.000. Hay curro, eh?
Bien es verdad que ando un tanto nublado estos últimos días y que mi opinión de hoy quizá no se sostenga mañana (que esto es un blog, un cuaderno de bitácora, un diario), pero tengo ganas de escribir a lo que salga y a eso voy.
Vivo en una autonomía que se precia de su moderno sistema de información de los servicios sanitarios. Vivo en un pueblo done acudo al PAC… por cierto, que aún no sé porque a los Centros de Atención Primaria les llaman PAC, esto es, las siglas de ¿Primaria Atención Centro de?, en fin (ahora lo tuiteo) … Cierro inciso. Digo que vivo en un pueblo donde acudo al PAC por una dolencia infecciosa y me dan un antibiótico, así, en la mano, al que soy alérgico según consta en el espléndido sistema de información que, observo, se complementa con una anotación a boli en una hoja cochambrosa, una plantilla de formulario tan fotocopiada que apenas se distinguen las líneas de los campos a rellenar. Total que si hago caso de la persona que me entrega el medicamento y me fío de su sistema de información galáctico, pues me muero de una otitis, así de claro.
¿Falló el sistema de información? Alguno pensará que no, que no falló, que lo que falla es la persona… como si la persona no fuese una parte definitiva del sistema de información. Vaya que no. Esa persona es mi interfaz con el cojonudo sistema de las narices. El individuo interfaz (intercareto más bien) ése no me dejo seco porque yo desconfié de su correcta conexión al sistema. Y la cosa es que cuando le advertí de mi alergia, se limitó a cambiar el fármaco y a otra cosa, que mejor no pensar demasiado en el tema. Hasta la próxima.
Recientemente, y aparentemente no viene al caso, comprobé que los ciudadanos de este país, a la que son inmigrantes, para prácticamente cada trámite con la administración han de pasar por la policía. Y yo me quejo de mi interfaz… Que no me quiero meter con la poli, que quede claro, que hay polis majísimos; pero ¿os imagináis que cada vez que vayáis a ejercer algún derecho tengáis que pasar por comisaría? Podemos electrificar eso, siempre será mejor tener que entrar en la web de la poli que verse obligado a meterse en un edificio con gente uniformada y armada… Eso sí que es una interfaz poco amigable y lo demás son ostias.
Aparte de las obviedades de que electronificar un procedimiento burocrático ineficiente sólo sirve para tener un proceso burocrático ineficiente automatizado, como no electronifiquemos, abramos, docereemos, etcétera a esa interfaz final: las personas que nos administran, seguiremos con esa sensación de que mucha denominación para poca chicha.
Y sí, ya sé que hay gente muy sana entre los trabajadores de la administración, yo tengo muchos amigos funcionarios , yo he trabajado para la administración. No va de eso. Ya me entendéis.
A ver si se me arregla el humor con este vídeo, ¿lo recordáis?…
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