La Tejedora comenta como una consultora de seguridad ha dictaminado la existencia de una paradoja 2.0.
1) Resulta que las empresas pierden productividad porqué sus empleados se pasan el día jugueteando con sus amigos en red. 2) Los empleados así son más felices y todo el mundo sabe que los empleados felices son muchísimo más productivos. 3) Si evito el acceso a las redes sociales aumentará la productividad porqué no se distraerán y bajará la productividad porque serán infelices. ¿Algún directivo de recursos humanos (oxímoron) superará el ataque epiléptico que le pueda sobrevenir ante esta paradoja?
¿Qué pasa con un concepto que es susceptible de entrar en este tipo de círculos sin sentido? Pues que es un concepto inútil. Al menos lo es en el contexto en el que se establece la paradoja. Esto es: en el contexto de la productividad individual en un mundo conectado y enredado.
La unidad de medida de la productividad es el valor añadido que se genera por unidad de producción y por unidad de tiempo. Vale. Pero el valor añadido, pongamos facturación, algo bien crudo y contable, no se puede medir hasta que ha transcurrido una cierta unidad de tiempo. Mientras tanto, y para conseguir ese valor final, al cierre del balance, el profesional tiene que pensar, imaginar, relacionar, crear, estimularse leyendo, mirando, conversando. Para hacer casi todas estas cosas necesita de otras unidades de producción. Si creemos que el valor de nuestro productor está en su capacidad de innovar, optimizar, rediseñar, replantear, cuanto más variados sean sus contactos con otras unidades de producción, mejor. Ya la hemos liado. ¿Cómo va a ser productivo un tipo así? Si, encima, ¡hace que baje la productividad de otras unidades!
A riesgo de simplificar, vamos a por un decálogo:
- La eficiencia genera valor siempre, en cualquier contexto. La eficiencia de una persona la hace valiosa. Punto.
- El trabajador que utilice las herramientas de la web 2.0 (o de la 1.0) para temas personales, será más eficiente en su entorno personal. Que eso hará que genere más valor es evidente.
- Se pueden atender temas personales a través de la web en horas de trabajo ¿Porqué no se pueden atender temas laborales a través de la web? en horas de no-trabajo? Vamos, a través de la web o a través de lo que sea.
- ¿Porqué no nos olvidamos de diferenciar de una vez el tiempo por su laboralidad-ociosidad? ¿La vida no está en el trabajo? No toda la vida, seguro. Pero es probable que haya vida en el curro (y hasta vida inteligente, no te creas) ¿Que clase de productividad se va a conseguir de alguien que piensa que el trabajo es un lugar de no-vivientes?
- Y ya puestos ¿porqué no dejamos también de ser tan rígidos con el espacio? ¿Qué pasó con el teletrabajo?
- Si trabajas con ideas ¿De dónde las vas a sacar? El trabajador de la mente es un vampiro que no puede alimentarse eternamente del mismo cadáver. Tiene que salir de caza, a ser posible de noche y por los barrios más oscuros.
- “Uno nunca sabe para qué se está entrenando” y, en un entorno de cambio, probablemente un alto porcentaje de todo lo que aprendas será de valor en algún momento
- La multitarea y el multipuesto es lo que se lleva. Ser capaz de atender dos tareas simultáneamente y poder cambiar de foco con rapidez es lo necesario en un entorno de información dispersa abundante, rápida y breve.
- La inteligencia relacional es la que obtiene una idea para un tema laboral de una película de Star Trek; la que de un incidente en el curro extrae un cuento; la que vive de la diversidad intelectual en lugar del cultivo intensivo de monotemas monótonos. Esa es la inteligencia necesaria hoy (y quizá siempre lo ha sido), no la del hiper-especialista aislacionista.
- Ahí está la paradoja. “Si estás contento eres más productivo, para estar contento tienes que olvidarte de la productividad”. Léase en voz alta 1.217 veces un día en que se esté de trabajo hasta el culo.
Gran artículo, posiblemente el que más me ha gustado, y han sido muchos¡ Todo un decalogo imprescindible en el manido mundo de los manidos recursos humanos.
Escribe un libro que enlace el decálogo presentado con un cuento de princesas (felicidad), ogros (el jefe) y caballeros (la web 2.0) menéalo que no lo agites y seguro que te forras. Felicidades por el texto, contiene buenas ideas.
El manido jefe de recursos humanos tenía sometida a toda su población de princesas productivas a un convenio diabólico que sólo permitía acceder a internet durante 10 minutos cada 3 horas los días impares, descontándose del salario el 50% de las horas empleadas en navegar por cualquier web cuyo combinación de nombres no estuviese en el María Moliner. Tan perverso era el manido jefe de recursos humanos que las princesas productivas le pusieron el mote de “ogro”. Un día, el caballero EDans vino a dar una conferencia sobre su último artículo en libertad digital y las princesas productivas tomaron conciencia de que habían sido Microsiervas toda su mísera existencia productiva. Como una sola voz, las princesas productivas menearon a su ogro con los más terribles tags en toda página 2.0 que pillaban en sus 10 minutos de navegación. Así formaron una larga cola de talento con la que se descolgaron de la torre del ogro y escaparon de la tiranía productiva. La mas bella princesa productiva casose con el caballero EDans y las demás con otros caballeros de la bloguería y, desde entonces, las princesas viven felices sus existencias 2.0 en facebook y tuvieron muchos blogs en el top.
Hala, no haberlo pedido…
Bueno, Bueno, Bueno… por fin sale el Vázquez Montalban que llevas dentro o debo decir el decir el Trias de Bes?.
En cualquier caso tus ciberlectores prefieren al primero.
Ya ves lo fácil que es ser un cuentista…desarrolla un poco más los mimbres planteados, pule la sorna, envuélvelo en papel brillante charol y envíalo a editorial2000 o Empresa Activa.
Va en serio, porqué todavia no ha roto a nivel de mercado un libro sobre la web 2.0, la blogosfera o cualquier movida inter-naútica de nuevo cuño con utilidad feliz para las masas y seguro que eso es lo que quiere la gente o al menos una parte como nosotros y los aficionadillos a los RRHH ya que los lejanos éxitos sobre la inteligencia emocional, la buena suerte o el queso de Oli y Corri, se han quedado antiguos.
Go ahead! my fried
Don’t try to be water my friend, just be yourself