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Concluestiones sobre consultoría artesana

Cuestiones en la pared

Concluestión. Vaya palabro ¿verdad? Pero trata de significar lo que hay. Después de hablar sin medida sobre consultoría, artesanía y lo que se terció durante unas jornadas con una desorganización impecable, hemos llegado a unas conclusiones que no lo son, que así, a cierta distancia, y también de cerca, parecen más bien cuestiones. A ver…

  • Aunque las denominaciones tengan su importancia relativa, llegar a cierto acuerdo sobre qué diferencia a la consultoría artesana de la industrial sería interesante, como poco por que hace pensar de manera ordenada en los valores y prácticas de una cultura de la consultoría que parece ir cobrando una identidad. Existen una serie de personas que se autodenominan consultores artesanos y que se reconocen entre ellos por algún tipo de pautas aún muy informales. Bendita sea la informalidad, pero algún tipo de manifiesto consensuado debería salir de los que defendemos ese conjunto de pautas ¿no?
  • Desde la sencillez y los recursos de la artesanía no se cubre todo el espectro de las necesidades ni de las demandas de las organizaciones. Personalmente, ante según que demandas o necesidades yo sugiero acudir a una industria consultora que resolverá el tema con presteza y rapidez. En este sentido, siempre habrá un terreno de nadie, una tierra de frontera, donde los proyectos puedan ser industriales o artesanos o, simplemente, imposibles de diferenciar si no sabemos quién es el consultor que los lleva a cabo y cómo se denomina a sí mismo. Así que me pregunto si ese espacio es también un espacio de colaboración entre artesanos e industriales.
  • Una de las características de la artesanía es la adaptación a la situación, el trabajo ad hoc con el cliente. Pero las metodologías que han acaparado la resolución de problemas de las organizaciones buscan la homologación y la estandarización ¿Como se cocina esta contradicción? En definitiva, la pieza, o el proyecto, únicos suponen casi siempre romper alguna de las normas y procedimientos para los servicios homologados ¿Hasta dónde transgredir?
  • Algo hay que hacer cuando estas metodologías fallan repetidamente y tengo la sensación de que cada vez están fallando más, que empiezan a ser obsoletas en un mundo de organizaciones para las que no funcionan estos modelos. Y no hay nuevas que las sustituyan y nos provean de recursos probados. Si fallan la planificación estratégica, los procesos, ya no hablemos de las metodologías de las escuelas de RRHH (oxímoron), los modelos de calidad… ¿Qué vendemos? Sobre todo ¿Qué vendemos a quien no nos conoce? Por que quien nos conoce sabe de qué vamos, que nuestra propuesta no está acabada y que llegaremos al cambio y a la mejora con lo que sea necesario, hackeando esta y aquella técnica para solucionar el problema.
  • ¿Cómo se establece un contrato que cubra esos términos flexibles? Las relaciones contractuales no están preparadas para la confianza necesaria entre el cliente y el consultor artesano. Hay que hacer una propuesta, presupuestarla y, al mismo tiempo transmitir que a medida que nos conozcamos iremos optimizando la relación; que la propuesta es sólo un punto de partida para poner unos ciertos límites a una relación inicialmente entre desconocidos, que la confianza da asco ;-) .
  • Trabajar con no es lo mismo que trabajar para, y el problema del contrato es una de las dificultades, pero el desarrollo de los proyectos también presenta problemas. En la consultoría de toda la vida el proyecto acaba con un informe carísimo. En la artesana, como yo la entiendo, el informe equivale a cierre del contrato, se trata de una formalidad necesaria pero para nada suficiente. Desde el primer momento del proyecto se genera conocimiento que empieza a ser útil y debe ser accesible a quien participe del proyecto. Los formatos digitales, como las wikis, ayudan a esto. Pero esta perspectiva supone que no hay un producto acabado, sino que trabajamos con betas y lo que entregamos no son palabras sino aprendizajes, transferencia de conocimientos, métodos y enlaces. Eso no cabe en un informe y cuesta acostumbrarse a que lo mejor del servicio es algo que debe mejorarse después del proyecto propuesto, presupuestado y formalmente acabado.
  • Como vivimos de esto, hay que establecer relaciones contractuales con el cliente y entre los miembros de la red. Y aquí se me plantean problemas en el eje formalidad-independencia. Las relaciones contractuales están hiper-reglamentadas y encontrar la mejor manera de traducir esas relaciones en red a las formas legales es francamente jodido. No quiero que me contrates laboralmente aunque tengamos una vida por delante, amigo cliente. No quiero contratarte, amigo colaborador, que eso nos lleva a un matrimonio y nuestro amor es libre y no necesita papeles, así que anda y hazme una factura… No sé, no sé.
  • De mayores no queremos ser grandes, sino seguir siendo pequeños y ágiles como gnomos de bosque ¿No creceremos? Claro, la red y eso, nos permite tener un tamaño inmenso sin crecer individualmente ¿Seguro? ¿No será todo esto un síndrome de Peter Pan?
  • Seremos ubicuos, con nuestro portátil y el despacho allá donde pillemos conexión. Así que ubicuos y saltarines… hasta donde las operadoras siniestras e industriales nos lo permitan. Vaya, pues sí que vamos bien…

Y me quedan algunas en el tintero, pero el post ya se ha hecho muy largo y lo dejo aquí. Ya seguiré. Concluestiones que me gustaría que me ayudaseis a resolver… o a extender, que vivir en la incerteza y la contradicción tampoco está tan mal, cosa de acostumbrarse. En cualquier caso, esto del gremio artesano creo yo que acabará cogiendo forma, sirvan estas concluestiones de contribución.

Publicado en Artesanía, Consultoría.


10 Respuestas

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  1. Luis-tic616 dijo

    Miquel, vaya post, hay que hacer un wiki casi para poder comentarlo todo!
    Voy por partes como Jack the Ripper:

    1) Manifiesto. No me parece mala idea

    2) Colaboración con los industriales. Es posible, doy testimonio de ello porque lo estoy ya haciendo. Un ejemplo mi caso: un cliente al que le venía grande la consultora industrial y la propia consultora industrial (es fácil adivinar cual en mi caso) nos llamó para hacer el trabajo y dicho sea de paso (lo deduzco) para cortarle el paso a la competencia y allanarle a ellos el camino para cuando venga el gran proyecto… eso está por ver pero que no me oigan, je, je,…

    3) Metodologías – No tiene por qué haber una estricta contradicción si la metodología ya contempla esa flexibilidad ad-hoc. A este respecto me gusta mucho el enfoque de Scrum y pienso como transplantar el concepto a nuestra consultoría.

    4) Contratos e “informes finales” – esto si que es un salto al vacío para muchos – cómo justificar que has pagado por un trabajo que no puedes colocar en la estantería en forma de voluminosa carpeta y que sirva de “hito” para acreditar que el proyecto se “ha acabado” – ¡pero si no se ha acabado, ni se acabará, de esos se trata, de que siga en un círculo virtuoso de beta perpetua (ups, se me coló un concepto de la web 2.0)! – Hay que buscar algo intermedio con “entregables” (bendita palabra de la profesión) que deje tranquilos a los que quieren que se hagan tangibles los resultados pero que tengan un sello muy grande que diga “work in progress”

    5) Crecer. Dilema por excelencia. Crecer en la red como “rizomas”, es difícil, hay que vencer las reticencias – no olvidemos que aunque hoy colaboremos competiremos mañana

    6) gnomos, ubicuos y saltarines. Me encanta

    Bienvenidos estos posts de gran altura

  2. los sueños de la razón dijo

    Gracias, Luis, premio al primero.

    Respecto a lo de metodologías quizá habrá que hablar de una a una, o diferenciar por tipos. Pero, por ejemplo, en el ámbito de la calidad y lo que le rodea, la estandarización raya lo patológico. Lo de ver si el Scrum se puede adaptar sería muy interesante.

    Lo de la beta permanente no ha salido en el post por puro pudor. La verdad es que celebro que se te haya escapado, por que es la mejor manera de explicarlo. Lo de los informes, como explico, yo lo voy medio consiguiendo con las wikis de proyecto, pero del papel no me escapo; y si el sello de “work in progress” es muy gordo, contabilidad, intervención o quien sea que controle esas cosas igual no te paga.

    Crecer, madurar ;-) , eso que los gnomos no hacen… Lo de competir hoy y colaborar mañana no lo veo un problema, pero conseguir un equipo más o menos estable que no se haga un lío con la maraña legalista de las relaciones laborales, eso… lo veo muy jodido.

    Lo de gnomos ubicuos y saltarines, está claro que tiene que salir en el manifiesto ése :-D .

    Ah, y lo de la wiki se está cocinando. En laPenúltimaIdea, seguramente, si no se pone alguien antes.

  3. Julen dijo

    Me lo guardo en del.icio.us. Un día de estos vuelvo a la carga. Estamos ya maduros para organizarnos, ¿no?

  4. M dijo

    Cierto que la desorganización fue impecable, pero nada más refrescante que la aceptación del desorden establecido como el orden a seguir, el caos orientado a resultados.
    Una de las ideas que surgieron fue la de que detrás de muchas de las demandas específicas del amigo cliente se halla una demanda real de coaching (no me gusta el término a secas, vale?… Prefiero coaching frío). Es una forma de entender lo absurdo de ciertas peticiones o la sensación de desamparo con la que queda el cliente una vez terminado el proyecto.
    En este sentido, personalmente no creo en los proyectos adictivos que vinculan a la organización con el consultor para desarrollar las herramientas contratadas (planes, procesos, etc.) Más bien creo en capacitar y promover continuamente ideas nuevas sobre lo ya establecido, en el acompañamiento continuo del amigo cliente a lo largo del desarrollo y mejora de las herramientas de gestión y en lo que haga falta…Esta es, bajo mi punto de vista, una prerrogativa de la consultoría artesana sobre la consultoría industrial, más centrada en el aquí te pillo y aquí te mato.
    En mi caso le dedico mucho más tiempo a mis clientes del que es necesario para desarrollar el proyecto pero, al contrario de lo que piensa algún colega, lo considero necesario para generar penúltimas ideas y, tarde o temprano, se traduce/empaquetan en nuevos proyectos. Esto hace que de alguna manera trabaje en y para la organización.
    Por otro lado, la consciencia de producto terminado, trabajar con betas, etc es un rasgo, si no imprescindible muy importante, para generar relaciones de confianza (nuestro medio natural) pero si que puede generar inconvenientes cuando uno/a se las ha de haber con un interventor del Estado. Coincido en que hay que darle alguna vuelta al asunto…
    Me sumo a la idea de redactar el manifiesto y le felicito por las concluestiones. Me siento deliciosamente confuso, un pelo abrumado y muy, muy animado por la cantidad de cosas que quedan por hacer…

  5. los sueños de la razón dijo

    Bueno lo del caos orientado a resultados, hay que acuñar esa expresión… será por palabros y expresiones…

    Sí, olvidé lo del “couching permanente” como demanda encubierta por otras de manájemen variado. Establecida la confianza, entamos en ese tipo de relación difícil de convertir en un proyecto y contrato como el dios burocrático manda. También hay cierto pudor, por parte del cliente y del consultor, ante esa expresión, pero esa es la verdadera naturaleza d enuestro trabajo, no el de asesor, el que se sienta a la derecha…

    Queda apuntado, pues. Esto no se acaba aquí…

  6. josempelaez dijo

    Miquel, hace tiempo que no me dedico a la consultoría (artesana e industrial, pues he hecho de las dos), pero sigo el blog de Tictac desde hace unos meses, y él me ha traído hasta aquí. Voy a aprovechar para hacer un par de comentarios, por si sirven de algo.

    Luis hizo una reflexión sobre «decisiones condicionadas» hace poco. Creo que es un distingo relevante entre ambas formas de entender o hacer el trabajo de consultoría.

    Hace muchos años fui socio de una pequeña oficina de proyectos de ingeniería civil, y tengo amigos que trabajan en sus estudios de arquitectura, despachos de abogados o gabinetes de psicología industrial. ¿Por qué no observar el funcionamiento de estas small consulting firms para inspirarse a la hora de redactar un manifiesto de la «consultoría artesana» de dirección, organización o sistemas?

  7. los sueños de la razón dijo

    Recuerdo ese artículo de Luis, josempelaez y estaba muy en la línea de todo esto, cierto. Y la idea de inspairarse en esas pequeñas consultorías es clara, aunque más pequeño que yo mismo, que soy ni único empleado… ;-)

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