UPDATE 08. Idea 3: Womenomics.
La tesis principal consiste en reafirmar que la presencia de las mujeres en los puestos ejecutivos y en las áreas de decisión económica no es un tema de género, sino un tema económico. Así que vamos a tomárnoslo en serio que, a ver si nos enteramos, es un tema E-CO-NO-MI-CO y no una cosa progre ni un lujo ético. Señores encorbatados, consejeros míos, sepan ustedes que un 50% del talento humano está en las mujeres: esa masa laboral, ese recurso humano (oxímoron), ese capital viviente que aún no han sido capaces de explotar como se debe.
A ver, la competencia empresarial ha llegado a unos límites en los que cualquier cosa puede marcar la diferencia y lo que, desde luego, no podemos hacer es no aprovechar ese filón de talento que son las mujeres; ese personal que en un buen porcentaje abandona la vida laboral o, al menos, la vida ejecutiva cuando está en la flor de la vida. Hay que retener ese talento; y si hay que poner guarderías en las empresas, pues se ponen, que ya sabemos que las señoras se van por lo de los niños ¿o no?
Ése es el discurso; si se desnuda de formas políticamente correctas, ése es el discurso. Me parece desesperanzador. Sólo amplia el alcance de un modelo económico y empresarial caduco. El talento se sigue considerando como recurso a retener para cocinarlo (mal) al fuego lento de las relaciones laborales, la mujer sólo es portadora de una exigencia relacionada con la maternidad, con la familia, que debe satisfacerse para poder seguir reteniendo talento (¿no sería mejor liberar el talento?) No se trata de que el modelo de uso y abuso del talento de las personas ya no funcione o no dé más de sí, se trata de ser capaces de incorporar a ese 50% de la población que aún no se ha dejado (o no ha podido ¿qué más da?) integrar en el modelo de empresa imperante. La propuesta es “vamos a cambiar las formas para que todo siga igual”.
¿Me gustó algo de la idea? Claro que sí, menos es nada, por supuesto, y todo cambio es una nueva oportunidad. También me gusto una frase quizá difícil de entender para alguien monolingüe: “No se trata de sustituir una economía que habla en masculino por otra que lo haga en femenino; se trata de conseguir una economía bilingüe“. Bonita.
Pero ya no creo que sea tiempo de womenomics. ¿No lo será de humanomics?
Las referencias a la idea:
- Why Women Mean Business, un libro cuya frase de presentación dice: “Las compañías de éxito en el siglo XXI serán aquellas que se den cuenta del completo potencial de las mujeres” Ya digo, cuestión de supervivencia, que si no…
- Postgrado en liderazgo femenino (pdf) La frase seleccionada en la presentación: “El proyecto formativo (…) nació con la voluntad de hacer suyos los valores de la diversidad cultural aplicados al mundo de la gestión empresarial. Creemos que las empresas y también las administraciones y las organizaciones sociales de todo tipo pueden ganar mucho si incorporan en sus órganos de dirección nuevos colectivos“. Pues eso, las mujeres son un nuevo colectivo; y yo que creía que venían de antiguo…
Te tenía pendiente de leer.
Para mi este es un tema en el que me cuesta posicionarme.
Por un lado desprecio las políticas de discriminación positiva (en su sentido más amplio) porque creo que la normalidad se consigue con normalidad. Y que tengamos por ejemplo un “día de la mujer trabajadora” pues no es muy normal.
Por otro, soy consciente, como cualquiera que no sea un cretino, que hay mucho por hacer para conseguir todo lo que escribes y referencias.
Las mujeres son un colectivo que la economía y la sociedad no se puede permitir despreciar, pero hay talentos y miserias en ambos sexos (a veces me he alegrado de ver a mujeres en puestos directivos y al poco tiempo sentir vergüenza de género).
Lo mismo con hombres (más veces avergonzada porque hay más ;-(
REspecto a la conciliación, no sé, creo que si los hombres hubieran asumido históricamente la paternidad, con la misma intensidad con que lo hacen las mujeres, ya habría guarderías por todas partes, no?
En fin, que esto es cosa de todos. Lo que me da miedo de lo que referencias es que se nos considere un activo económico en potencia y no que se vea el tema como una natural necesidad de integración y convivencia.
Un wome-abrazo
Ay, Odilas, ¿Y si no acceder a puestos directivos es un signo de inteligencia? ¿Y si optar por la maternidad ante el trabajo es una opción más que una maldición? No será así en todos los casos, o quizá en ninguno… pero ¿alguien se lo pregunta alguna vez? ¿Vale la pena integrar a un colectivo que, por lo que sea, no ha entrado en la obsoleta relación laboral actual y condenarle a la misma condena que al “viejo” colectivo masculino?
Ideas de abogado del diablo, que conste.
Interesantes preguntas. De hecho creo que muchas veces las mujeres deciden con parámetros diferentes a los hombres, con intereses y aspiraciones distintas.
De lo que se trata es de disponer de la libertad ecuánime de elegir.
y yo perdiéndome esta conversación… si es que no se puede estar en todo…
Creo que a veces pedimos demasiado a los discursos de género o de la diversidad en general. De repente nos da por pensar que todo tiene que llevar en su núcleo un posicionamiento claro de cambio de modelo económico/social o si no ya no es válido. Yo en cambio intento ser más “posibilista”: el discurso de la diversidad (sea de género o de otro tipo) suele incorporar argumentos económicos, de “bottom-line”, como una forma de ganarse su espacio en la atención de los directivos. Porque si no lo haces así, directamente no hay espacio en la empresa… pensadlo, un poco, de verdad. Gracias a todos los argumentos “económicos” se consiguen avances muy interesantes, que van transformando el modelo empresarial hacia otra cosa… más humana, en mi opinión (prefiero pensarlo así porque sino es para deprimirse y no parar).
Ya, yo también soy práctico y tienes razón, pero, insisto, ¿eso es innovador? Es más bien un truco de vendedor.Y que coste que me parece bien utilizarlo para cambiar las cosas.