Sobre la rutina, bien entendida, del trabajo y del oficio artesano, como el que empieza a ser la escritura de este semanal
, escribe Julen en Metodologías, pouerpoins y consultoría, y esa es la primera de unas cuantas anotaciones alrededor de los contextos laborales. Dos que coincidieron en el tema, aunque desde diferentes perspectivas fueron Eso no es un valle de lágrimas, de Manel y CoWorking y Espacios 2.0 del Sin Oficina, dos puntos de vista sobre los entornos físicos deseables; y es que caemos continuamente en Contradicciones entre el trabajo cognitivo y la (sobre)organización que también escribe Julen. A ver si, entre todos, atinamos con La adecuada gestión de la colaboración en organizaciones (y la web 3.0); Dolors nos prepara para el futuro que no sólo de lo 2.0 se vive, y sus ideas vienen bien hoy mismo; que ya sabemos que Una cosa es hablar sobre espíritu colaborativo y otra ponerse a ello (ya lo dije). Por ejemplo, yo aún no me he puesto a trastear en la wiki Cloud Consulting 2.0 a la que nos invita Alberto; a ver si esta semana… Necesito ideas para que el tiempo me rinda más, como las de Productividad y Remember The Milk de Iboisset; y eso que no he padecido el Síndrome prelaboral de un trabajador fatigable que sufre Louis Crandell.
Con las venturas y desventuras del funcionario de K-Government, hemos pasado al tema de la administración. A mí no me extraña que Genís haga una Petición de ayuda: ¿Cómo llevar a cabo un proyecto 2.0 en la Administración? tal como están las cosas. Necesitamos unas verdaderas Reformas 2.0, que pide e ilustra Anna; a ver si así llegamos a conseguir lo que pregunta K-Government: ¿Qué es para ti un Gobierno 2.0?; pues debe de ser algo así como Qué diantre es la antimateria que aclaran brillantemente en Apuntes científicos desde el MIT y vale la pena leer aunque no tenga nada que ver con lo anterior…
Se acerca el otoño, la caída de la hoja y del manifiesto. Se han adelantado dos esta semana: El Manifiesto de la Generación M que nos trae Andrés, sobre la ¿nueva? ¿joven? manera de ver este mundo gestionado por Viejos Chotos; y el de sobre Cómo funciona el periodismo hoy que presenta Rosaura, o de cómo debería funcionar… que habrá mucho periodista muy interesado con encontrar La mejor técnica de búsqueda de empleo de Alfonso.
Con ese último enlace, que no tiene que ver con el resto del párrafo, cierro capítulo y paso a los sueltos. @jesusfdez llega a los 100 followers y opina sobre las curiosas tipologías de estas gentes que nos follogüean; y en Error500 reflexionan sobre la Escuela 2.0: la herramienta debería ser lo de menos, claro que sí.
Y como esto ha quedado un poco sosín, os dejo en un hermoso paseo, con uno de esos vídeos que hacen lo cotidiano fascinante; en este caso son momentos de la ciudad de Tokyo vistos por Joan Jiménez, vía Fogonazos.
Otra oportunidad para colaborar sobre documentos: disgress.it
La idea es brillante y simple. Se trata de trabajar los párrafos o capítulos de un documento como si fuesen entradas en un blog, sólo que estas “piezas” del documento quedan referenciadas numéricamente y se presentan no cronológicamente sino siguiendo la linealidad del texto. Los comentarios a cada una de ellas son siempre visibles, a la altura del fragmento del documento, y flotantes, de forma que al pasar de una parte de documento a otra, los comentarios siguen visibles a un lado. El documento principal puede estar compuesto de texto, pero también de imágenes o de vídeos; y los comentarios pueden ser a nivel de fragmento o de página. Permite también insertar citas sobre el propio documento de manera sencilla. Como ahora es un plugin, se puede adoptar por diferentes temas, pero también cuenta con uno especialmente diseñado para su uso.
En fin, otra herramienta muy específica para trabajar con documentos al estilo de lo que venimos haciendo con la Declaración artesana. No siempre las herramientas son la clave para facilitar la colaboración, aunque en estos tiempos y enredados como estamos, parecen, a veces, la única solución razonable. Aparentemente, basta muchas veces con Google Docs o una wiki, a la espera de Google Wave. Pero sus funcionalidades para introducir comentarios o redactar conjuntamente pueden generar megadocumentos o documentos-espaguetis difíciles de digerir. Ya se sabe: Una cosa es hablar sobre espíritu colaborativo y otra ponerse a ello
. La solución de digress.it parece interesante, aunque tiene la desventaja de que no es una herramientas de esas que en un plis-plas pones en marcha. Necesitas una instalación de WordPress, y eso requiere de uno o varios administradores que gestionen su puesta en servicio.
De todas maneras, no sería una mala opción para el desarrollo de la Declaración artesana, ¿verdad? Es una idea y, en cualquier caso, ocasión tendremos de experimentarla, tarde o temprano. En cuanto la pruebe, os cuento.
Publicado en Colaborar, En red, Tecnología.
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Por Miquel Rodríguez – Miércoles, 9 septiembre 2009